La ciudad que queremos

El sentido o sentir de Plaza Vieja.
Nuestra asociación se siente obligada suscitar un debate sobre el modelo de ciudad que aquellos que la habitamos y también, por qué no, aquellos que la visitan con mayor o menor frecuencia queremos para Úbeda. Plaza Vieja viene interveniendo de manera activa en la vida pública de Úbeda y participado en muschos aspectos de lo que que ha ocurrido en los últimos años en nuestra ciudad, una vez que fue inscrita en juklio de 2003 por la UNESCO, inseparablemente de Baeza, en la lista de ciudades que forman parte del Patrimonio Mundial. Pretendemos con este tema contribuir con nuestras reflexiones a mejorar el futuro de los próximos.
Pese a que, por nuestras deficiencias o por intencionalidad ajena, se nos pueda ver como simples conservacionistas útiles a una opción partidaria, nuestro norte era y sigue siendo el completo ejercicio de nuestra ciudadanía. Por esa concepción de la democracia y porque somos enemigos del tópico dañino de que los políticos son los únicos culpables de todo, nos hemos involucrado con más frecuencia en la vida de la ciudad. Hemos pretendido, tal vez con éxito discutible, contribuir a que la política local sea el servicio necesario y noble de poner de acuerdo al vecindario en la solución de lo que le es común.
Por supuesto que es lógico que se entienda que ese es un objetivo pretencioso para los tiempos que corren. Cuando todo (o casi) el personal está(mos) infectado(s) por el virus neoliberal para vender/comprar hasta la dignidad, cuesta enfrentarse a la inmediatez placentera y rentable del pensamiento único para decidirse por soluciones socialmente satisfactorias. Esa tal vez haya sido la osadía de Plaza Vieja desde su fundación. Tras las movilizaciones más sonadas de los primeros años, se ha mantenido como grupo de personas que, sin ánimo ni de lucro ni de significación pública, continúa en la brecha con el fin de reflexionar y, en lo posible, incidir en la configuración de nuestra vida local.
Esas reflexiones, ahora puestas en perspectiva y debidamente revisadas, son las que queremos compartir en este blog con la ciudadanía de Úbeda para que, más allá de la opción política que domine la corporación ubetense en un momento determinado, retomemos el reto de la ciudad que queremos. En ese sentido comienza hoy esta nueva página del blog de Plaza Vieja.

I. El Patrimonio: del pasado, su disfrute y el futuro. El patrimonio eclesiástico.

La declaración por la UNESCO de nuestra ciudad junto con Baeza como Patrimonio de la Humanidad fue la culminación de un empeño largamente sentido. Sin embargo no está del todo claro lo que tal reconocimiento a veces debiera significar para la ciudadanía en su conjunto.

Por supuesto que cada ubetense se alegra de que la existencia de nuestra ciudad sea más notoria en el mundo y de que, al mostrar su magnífico acervo monumental, tenga mejor acogida. Otra cosa es si desde que se produjo este nombramiento se ha contemplado el conjunto de compromisos adquiridos con esa humanidad pasada, futura y forastera.

El pasado año nos satisfizo destacarlo premiando la labor divulgadora que desarrolla el Museo Arqueológico de Úbeda para que nuestra gente más joven y para que todas las personas que se interesen por este tema conozcan nuestro Patrimonio. No es la primera actividad en ese sentido aunque debieran ser más para que, tras el conocimiento crítico, nazcan el cariño, la admiración y el respeto de todos los ubetenses por esos bienes que han de compartir con turistas y legar a sus descendientes.

Conviene, sin embargo, atinar de manera equilibrada para combinar el respeto al pasado, con la conservación enriquecedora para el futuro, y con el bienestar y progreso del vecindario actual. Alguien ha dicho que una ciudad es como una persona a la que gradualmente van apareciendo las arrugas con la edad. Lo acertado es compaginar esas señales con la placidez de la sabiduría acumulada. Ello no obvia para que se conserven incluso los excesos de la tradición. No debiera cargarse sólo sobre los hombros del vecindario del casco antiguo la conservación respetuosa que se desea habitado para favorecer su conservación idónea.

Estaría bien a ese respecto extremar el rigor de la versión que se ofrece a propios y extraños sobre la realidad histórico-cultural, los servicios, los precios y todo aquello -no son pocas las tentaciones que se les presentan a los advenedizos- que pudiera desprestigiar en poco tiempo este excelente Patrimonio. El desarrollo económico motivado por la mayor afluencia de turistas es un bien colectivo que debiera administrarse para satisfacción del conjunto de la ciudad y con más perspectiva de futuro.

En lo que se refiere al importante patrimonio de la Iglesia Católica, con numerosas propiedades urbanas acumuladas a lo largo de los siglos, Plaza Vieja cree que, como dueña o depositaria de este rico patrimonio, la Iglesia debe hacer frente a importantes gastos de rehabilitación y de mantenimiento ordinario, que no siempre acomete, por lo que la mayoría de las veces se da el caso de que el peso de la restauración, rehabilitación y conservación de dichos bienes eclesiásticos recae sobre diferentes programas nacionales y autonómicos ejecutados por las administraciones públicas y privadas.

En Úbeda tenemos como ejemplo las ingentes cantidades que tanto el Ministerio de Cultura del Gobierno central, en su día, como la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, han venido destinando a la reconstrucción, con mayor o menor fortuna (probablemente con menor), de la colegiata de Santa María de los Reales Alcázares. No tenemos constancia de que el Obispado haya puesto un duro para que, por fin, todos los ubetenses y los que nos visitan estemos de nuevo disfrutando de este espacio para usos culturales o, en su caso, religiosos. El Cabildo jienense, su propietario, debería colaborar, al menos en una pequeña parte, en la conservación de estos bienes patrimoniales. Iglesias como la de San Pedro, Santo Domingo, San Millán, la ermita de Paje y, especialmente, San Lorenzo, muestran un mal estado de conservación generalizado y están pidiendo a gritos una urgente actuación so pena de que nos convirtamos en testigos de su irreversible deterioro o, en el peor de los casos, como es el de San Lorenzo, de su desaparición.


El Plan Especial de Protección del Casco Histórico refleja desde hace muchos años como pendiente “la restauración de la iglesia de San Lorenzo y algunos lienzos o paños de muralla;” e incluye este edificio dentro del programa de “Expropiación y adecuación de edificios históricos para uso dotacional”, insistiendo en su necesaria restauración. El Formulario de la Declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio Mundial reitera su uso dotacional. El Ayuntamiento efectuó una oferta de compra de esta iglesia al Obispado de Jaén y procedió, para evitar males mayores, a restaurar la muralla que soporta este templo con fondos públicos provenientes del Plan E. Pensamos que esta singular iglesia debe pertenecer a todos los ubetenses a corto plazo, para lo cual las negociaciones entre el Alcalde de Úbeda y el Obispo de Jaén, ahora parece ser que suspendidas, deben culminar cuanto antes. Y puesto que se va a utilizar el dinero de todos los contribuyentes (católicos y no católicos), todos los ubetenses debemos ser los beneficiarios últimos de su puesta en funcionamiento como lugar de cultura en la forma de centro de interpretación de la obra de nuestro escritor más eximio, Antonio Muñoz Molina.

El patrimonio de la Iglesia Católica en Úbeda es rico, extenso y hermoso, y, puesto que su correcta conservación depende casi en exclusiva de los fondos públicos, debe comenzarse a negociar la copropiedad entre los que lo conservamos, representados por las diferentes administraciones públicas, y sus actuales poseedores.


II. El Patrimonio: La gestión de la Declaración de la UNESCO.

El Formulario de la Declaración por la UNESCO de Úbeda y Baeza como ciudades inscritas en la Lista de lugares Patrimonio Mundial, en su página 75, reconoce el conjunto monumental de Úbeda, la Plaza Vázquez de Molina, con una extensión de 2,8 ha, la Plaza de Santa María y eje monumental de Baeza, de 2,7 ha.
Ambos conjuntos se sitúan en el corazón  de los respectivos recintos intramuros de las ciudades históricas, hoy todavía plenamente reconocibles, y en ellos se encuentran las mayores permanencias urbanas y arquitectónicas de su pasado, apenas transformadas por la ciudad contemporánea. Estos recintos se proponen como zonas o entornos de protección, con una extensión de 35,5 ha el de Úbeda y 14,3 ha el de Baeza.

El 5 de abril de 1999 los ayuntamientos de Úbeda y Baeza firmaron un acuerdo de colaboración que comprometía a ambas ciudades a desarrollar un Plan de Gestión coordinado en las materias de urbanismo, conservación y rehabilitación del patrimonio, cultura y turismo, con el objeto de mejorar las condiciones del entorno de los dos conjuntos monumentales, ya que éstos apenas si precisaban medidas de gestión dado su buen estado de uso y de conservación en ese momento. Es decir, hace ya nada más y nada menos que casi trece años nuestros gobernantes municipales afirmaban que se había iniciado una gestión en común del patrimonio urbano, la cultura y el turismo y se comprometieron entonces ambos ayuntamientos a que la responsabilidad de la gestión debería producirse a dos niveles:
1º.    Los ayuntamientos conjuntamente organizados en el Consorcio Úbeda-Baeza, para diferentes materias de coordinación recogidas en el Formulario y
2º.    La gestión última a escala supramunicipal para lo que se crearon en su momento una Comisión de Coordinación del Patrimonio Úbeda y Baeza, órgano de decisión política, y una Ponencia Técnica de Coordinación, compuesta por arquitectos municipales, funcionarios encargados de los negociados correspondientes, representantes del Consejo Asesor del Patrimonio Histórico-Artístico (constituido desde 1998 pero cuyo funcionamiento es un misterio), directores de las Escuelas Taller de Rehabilitación de ambas ciudades y técnicos de la Administración Autonómica.

En cuanto al fomento turístico de Úbeda y Baeza, se comprometieron a crear un Consejo Comarcal de Turismo para desarrollar, entre otras cosas, un Plan de Ordenación del sector.
Hace casi tres años se aprobaron los estatutos del Consorcio sin la unanimidad que Plaza Vieja demandaba. No obstante, calificamos entonces, ilusos de nosotros, de esperanzador y positivo el paso que se acababa de dar en este sentido y pedimos el máximo consenso entre las fuerzas políticas de Úbeda para que este órgano fuera un referente en la gestión eficaz del Documento de la Declaración de Patrimonio Mundial. Pues bien, a día de hoy no se ha producido ningún movimiento al respecto. Trece años desde que se anunció la exigencia de su creación y puesta en marcha, ocho y medio desde la Declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio Mundial, cuatro bajo gobierno del Partido Popular, otros cuatro años de gobierno socialista en ambas ciudades y medio año más con las flamantes corporaciones surgidas de los últimos comicios municipales es un plazo más que sobrado para que los Órganos de Gestión común Úbeda-Baeza fueran ya una realidad.

En enero de 2012, Plaza Vieja continúa preguntando como quien pregunta al viento y, por tanto, sin obtener respuesta alguna si es que funcionan, dónde y cuándo se reúnen -si es que lo han hecho alguna vez- y cuáles son las memorias de actuación de estos organismos.

La no respuesta nos confirma algo que nos suponíamos ante esta pasividad a la hora de generar los órganos de gestión conjunta: que el hecho de ser Patrimonio de la Humanidad tan solo se reduce a habernos convertido en una marca turística que, sin duda, genera beneficios económicos a ambas ciudades, pero desgraciadamente no se ha avanzado nada en la implicación de la población para garantizar la conservación, la difusión de sus valores y la asunción colectiva de tan importante compromiso con la UNESCO.

Ahora podemos buscar la excusa de que la situación económica no es la más propicia para grandes proyectos inversores, pero creemos que el Consorcio debe funcionar con miras más lejanas que éstas. Lo importante es que se convierta en un marco estable de debate y participación sobre la gestión de la Declaración y sobre las acciones que se llevan a cabo en esa parte tan sensible de las dos ciudades. Puede que se haya perdido una gran ocasión para la puesta en marcha del órgano conjunto. 
El establecimiento de estos órganos de gestión y coordinación es obligatorio y no puede demorarse por más años. Si no se ponen en marcha, empezaremos a creer que la Declaración solo ha servido, repetimos, para generar una marca para la explotación turística y no para generar una oportunidad inmejorable para su conservación. Aunque sea al margen de las administraciones supralocales, los Ayuntamientos de Úbeda y Baeza deben hacer realidad el deseo compartido de hacer funcionar el Plan de Gestión coordinado.

III. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y el derecho a la ciudad.

Las ciudades en general, y Úbeda como una más, han venido siendo el escenario preferido de la burbuja inmobiliaria y de no pocos pelotazos urbanísticos. En ese sentido Plaza Vieja, en la medida de sus posibilidades, ha pretendido terciar para minimizar en nuestra ciudad dichos males. A ese respecto hemos realizado algunas intervenciones con cierto éxito. En los presentes momentos pretendemos llamar la atención sobre la importancia que deberíamos dar al Plan General de Ordenación Urbana, actualmente en estado de letargo. Para los países más desarrollados los PGOU constituyen uno de los momentos más decisivos y participativos en la vida de las ciudades. Bien es cierto que la ley estatal de 1997 sobre Edificación y Urbanismo condiciona el trazado de las ciudades y favoreció la nefasta burbuja inmobiliaria cuyo colapso acrecentó en España las dimensiones de la crisis financiera global. Sin embargo y por todo ello, uno de los empeños colectivos de la ciudadanía ubetense debiera ser que la revisión del PGOU en los tramos en curso fuera un proceso realmente vivo y enriquecedor. A ese respecto tiene mucho sentido el título que encabeza nuestros escritos (La ciudad que queremos).
Entendemos que la configuración de la ciudad como escenario de nuestra vida condiciona mucho lo que ésta puede ser. Además de los valores ecológicos, culturales, económicos y sociales de amplio espectro inciden en la configuración y disfrute de la trama urbana. A ese respecto, convendría que la ciudadanía ampliara ese eslogan a... el derecho a la vivienda, el derecho a la ciudad. 
La redacción del PGOU está paralizada por razones económicas. Consideramos que es una prioridad política definir en este documento, con total concreción, el modelo de ciudad y establecer los límites para el ordenamiento y conservación, tanto del patrimonio histórico como del natural con el paisaje consolidado a lo largo de los siglos. La actual corporación municipal debería reactivar este plan y ponerlo encima de la mesa para que todos, de manera individual o colectiva, intervengamos en su resultado final.

IV. Intervenciones en plazas y calles que no modifiquen la autenticidad de los escenarios urbanos.

Ocurrió en la intervención de las plazas de Andalucía, San Pedro y San Lorenzo, dotadas de una fisonomía especial actualmente desaparecida, y continúa ocurriendo en multitud de obras actuales donde el uso de materiales cuyo color, textura y origen se percibe como algo ajeno a la morfología de la ciudad, materiales y soluciones espaciales calcados de intervenciones que podemos ver en multitud de ciudades españolas y del extranjero, al uso de una moda que pasará pero que, mientras los arquitectos la sigan, dejará una huella prosaica y banal en nuestros espacios antaño genuinos.
La plaza de Andalucía tras su enésima remodelación perdió su carácter propio. Los desniveles creados, la horrible boca y ascensor del aparcamiento son los mejores ejemplos de las nefastas intervenciones públicas en los escenarios urbanos. No menos grave fue lo perpetrado en las plazas de San Pedro y de San Lorenzo. Intervenciones de este tipo se han producido también en  el Paseo del mercado (la plaza 1º de Mayo para los forasteros), con soluciones en algunos aspectos parciales más que discutibles, como esos asientos corridos de diseño ¿moderno? o la creación de barreras arquitectónicas que ya habían sido eliminadas en una intervención anterior, o en las Eras del Alcázar, en donde se han invertido muchos cientos de miles de euros para que todo quede prácticamente igual que antes: un especio que continúa sin poder ser disfrutado por ubetenses y visitantes. La introducción del mosaico de materiales, algunos tan pintorescos como los recubrimientos en madera de la plaza 1º de Mayo, por muy bien que para muchos queden estupendamente desde el punto de vista estético, nos parece un atropello legal al espíritu del documento de la Declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio Mundial. Aunque globalmente esta plaza goce de unos espacios bien resueltos, especialmente positivos para dar realce a la iglesia de San Pablo, también entendemos que solo razones muy poderosas justificarían el uso de adoquines de granito en las calzadas de calles modestas del casco histórico sustituyendo el empedrado tradicional.
Con esto no queremos proclamar que haya de mantenerse lo que hay per se, sin posibilidad de renovación o modificación, no, ya que en bastantes ocasiones lo que existe es el resultado de nefastas intervenciones de las últimas décadas o del simple abandono. De lo que se trata es de utilizar los materiales con colores y texturas que se integren en el paisaje urbano y que quedaron perfectamente especificados en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico. Y si es necesario modificar lo que éste recoge y determina, cámbiese tras el debate correspondiente y con los informes de expertos en la materia.
La Declaración de la UNESCO, recoge de forma expresa que la propuesta de los Conjuntos Monumentales Renacentistas de Úbeda-Baeza responde, entre otros, al criterio de autenticidad e integridad material, que se deriva de la permanencia de los edificios históricos que conforman las dos áreas monumentales, los cuales conservan tanto los materiales como las técnicas constructivas lo que supone la inalterabilidad de ambos espacios urbanos, autenticidad e integridad también elevada en los respectivos entornos de protección delimitados, donde, además de la permanencia intacta de las tramas históricas, el grado de permanencia de la edificación tradicional es muy elevado. (Págs. 28 y 29 del Formulario de la Declaración).
Por esta razón, no creemos que la mejor manera de mantener al actual grado de autenticidad sea incluyendo nuevos materiales y texturas en todas y cada una de las intervenciones que se vienen ejecutando en el casco histórico (plaza de San Lorenzo, plaza 1º de Mayo, etc.). La Declaración es clara en este sentido y en su página 76 dice: “los Planes Especiales y los Catálogos de Protección vigentes, redactados para la totalidad de cada centro histórico, establecen las condiciones de intervención a partir del criterio de mantenimiento de la estructura urbana y arquitectónica y de la imagen tradicional en toda la ciudad histórica.” Por tanto, se está incumpliendo lo prescrito allí donde se interviene. No es razonable, ni está permitido, ir cambiando como se viene haciendo la mayoría de las veces nuestras plazas y calles con imágenes totalmente diferentes. Y sin embargo se ha hecho y continúa haciéndose con el permiso por omisión de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Delgación de Cultura.


Plaza 1º de Mayo (Paseo del Mercado)
V. El despoblamiento del casco histórico.

En reiteradas ocasiones, Plaza Vieja ha solicitado a los alcaldes de dos corporaciones de signo político muy diferente (PP primero, PSOE después y PP en la actualidad), que se constituyan y pongan en funcionamiento los órganos de gestión necesarios: un Consorcio y una Ponencia Técnica de Coordinación, la creación de una Oficina Especifica de Gestión, así como un consejo estable de participación ciudadana en cuyo seno se pudiera conocer, opinar y hacer aportaciones sobre los proyectos de la ciudad antes de ser aprobados. Y venimos insistiendo tanto en este tema, porque estamos convencidos de que su funcionamiento vendría a poner en estos temas de urbanismo y patrimonio una coherencia, un orden y un rigor que actualmente solo brillan gracias a su ausencia.

Úbeda debe ir poniendo el foco sobre determinados problemas en la conservación del patrimonio y conjugar esto con las comodidades de una ciudad moderna. A lo largo de estos últimos años, constatamos que, a pesar de que a nuestros políticos municipales se les llena la boca de lo contrario, no se están adoptando las medidas necesarias para favorecer la permanencia de la población en esta zona de Úbeda.
En cuanto a las remodelaciones ejecutadas, existen ejemplos negativos a la hora de reorientar el carácter de nuestras calles, como ha sucedido con la calle Real, que se ha convertido en una especie de parque temático.
No ayuda en absoluto a paliar la sangría de población en el casco histórico el hecho de que, actualmente el IBI de las viviendas y locales de esta zona estratégica para el desarrollo de Úbeda se haya disparado, a causa de las características del tipo predominante de viviendas, la mayoría unifamiliares, penalizando a la gente que rehabilita sus casas. De seguir por este camino, se estará obligando a los residentes a abandonarlo. En este sentido, por la importancia que supone para su recuperación y revitalización, tanto la Consejería de Obras Públicas y Vivienda como el Ayuntamiento deben dar explicaciones sobre la paralización o ralentización de los proyectos previstos dentro del Área de Rehabilitación Concertada. La oficina de Úbeda, que lleva funcionando bastantes años, tenía en marcha un total de 13 promociones y unas 160 viviendas. Proyectos como el ya finalizado y recientemente controvertido de la calle Beltrán de la Cueva (que contempla 4 viviendas), o los de las calles Ariza (con 18) y Particiones (otras 6), el antiguo cuartel de Santa Clara, (más de 30 viviendas), etc., soportan un excesivo retraso, no necesariamente ligado a la crisis económica.
 Solar del antiguo cuartel de Santa Clara
Es necesario dar un mayor impulso a este programa como medio de aportar al casco antiguo de Úbeda una población joven que pronto demandaría servicios y equipamientos, lo cual redundaría en una mejora y revitalización del mismo.
Y, por último, en lo que se refiere a las intervenciones tanto públicas como privadas en el centro histórico de Úbeda, nos preguntamos por el papel que vienen desempeñando en materia de vigilancia y aplicación estricta de la ley los técnicos de urbanismo del Ayuntamiento, por un lado, cuyo número se ha incrementado de manera bastante acusada en los últimos años, sin que por ello se aprecie un mayor rigor en el control y seguimiento de las obras, y la Comisión Provincial de Patrimonio de la Consejería de Cultura, por otro, pues es patente en demasiados casos su excesiva relajación e incluso la ausencia de vigilancia en determinadas intervenciones públicas y privadas.

VI. Los accesos al casco histórico por el Sur.
En Úbeda, las mejores vistas de conjunto se tienen asociadas a accesos de segundo orden, por lo que no son todo lo conocidas que debieran y, en nuestra opinión, deberían ser mejor valoradas por nuestros gobernantes y adquirir una importancia a la hora de su utilización para ingresar al casco histórico de la que ahora carecen.
Y es que, tal como están estructurados los actuales accesos al casco, a éste se llega desde el Norte, teniendo que atravesar los nuevos ensanches de la ciudad moderna, una ciudad de la que no cabe esperar que sea de las más monumentales de Andalucía si no se está previamente advertido de ello. Accesos desde los que no se percibe la fachada urbana más significativa, aquélla donde se hace presente la relación ciudad-paisaje en toda su extensión, como ocurre desde el antiguo camino de la calle Valencia por el Sureste y desde el camino que conecta con la carretera de Jódar por el Sur. En estas imágenes es tan protagonista la silueta urbana presidida por el conjunto formado por Santa María, Ayuntamiento y El Salvador -así como por el Alcázar, aunque su fuerza simbólica sea más deseada que real-, como el paisaje rural que constituye su entorno inmediato. Una mejora sustancial en la percepción del casco podría estar relacionada con que se evitase tener que discurrir por la nueva Úbeda Norte, generando un nuevo acceso Sur, que permitiese al visitante cultural acercarse a través de su mejor fachada, actuación que supondría devolverle protagonismo a la ciudad histórica. A tal efecto, habría de utilizarse la actual vía de circunvalación Sur del casco de Úbeda, conectada desde la carretera de Jódar.
Ronda de Antonio Muñoz Molina y el valle del Guadalquivir desde el mirador de San Lorenzo
Sin embargo, sería necesario atenuar el impacto paisajístico de la nueva vía de circunvalación Sur del casco histórico de Úbeda. En efecto, esta vía ha generado una transformación visual en la imagen, hasta entonces prácticamente inalterada, de esta fachada meridional. Se percibe como algo ajeno a la morfología de este borde de la ciudad. Su naturaleza netamente urbana, con amplios acerados y calzada construida con hormigón, introduce un elemento que por su colorido y textura distorsiona la imagen histórica de este borde. Por tanto habría que atenuar el impacto en la ladera de las huertas tradicionales con un tratamiento cuidadoso de esta franja entre el vial y el borde construido del casco, mediante un proyecto de integración paisajística.

VII. El mantenimiento de las huertas tradicionales

La Declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio de la Humanidad contempla una especial protección sobre el ruedo de huertas tradicionales que constituyen la fachada Sur de ambas ciudades y, especialmente, de la de Úbeda. Se trata de un paisaje natural humanizado en el que aún permanece vigente de manera casi milagrosa este tipo de explotación agraria. 
Sucede que esta vigencia se está debilitando por momentos y si no hacemos algo pronto para detener su gradual deterioro, probablemente nuestros nietos solo puedan contemplar en foto esta excepcional riqueza heredada de generaciones de hortelanos. No hay más que asomarse a estos parajes para comprobar cómo las sucesivas corporaciones locales y las diferentes administraciones autonómicas y estatales han dejado perderse este tipo de cultivo tradicional. Al contrario de lo que sucede con los artesanos alfareros o forjadores, los hortelanos cada vez son menos, y pareciera que se esté trabajando más que para que permanezcan en el tiempo, para conseguir que no quede ninguno, que se extinga este oficio por completo. Habría de generarse un plan de recuperación y de protección que garantizara su pervivencia, al igual que se ha conseguido mantener la tradición de nuestra genuina artesanía local.
Plaza Vieja insiste en que es necesario mantener el uso de las actuales huertas, recuperar las abandonadas y no permitir su sustitución por el cultivo de olivar (aunque puede ser también un cultivo de regadío). Y es que la amenidad de este paisaje tan natural y tan humano, su frondosidad, los matices de sus verdes cultivos, la primorosa geometría de sus eras, etc., solo los pueden aportar nuestras huertas tradicionales, seriamente amenazadas y en proceso de sustitución. En este sentido, es justo destacar el aspecto positivo del PGOU de 1997 y lo que recoge al respecto el avance de revisión del nuevo PGOU para preservar la imagen del conjunto, al considerarlo suelo no urbanizable de especial protección del espacio rural al sur del núcleo urbano; una zona que comprende el ruedo de huertas tradicionales, pues reconoce que éstas suponen una forma de aprovechamiento de taludes y terrazas y de las aguas de los minados que es necesario preservar.
Si nos paseamos por lo que queda de estas huertas nos encontraremos con albercas y minados seculares, tablas cuidadas con esmero…, pero también veremos muros de piedra arruinados, olivares que van trepando ladera arriba y engullendo las antiguas eras dedicadas a huerta, y basura, mucha basura en forma de plásticos, escombros, muebles desvencijados, sanitarios roñosos…, abandono y suciedad. No podemos mirar para otro lado: estas terrazas y taludes, estas aguas de los minados, acequias, surgencias, fuentes… es necesario conservarlas.

 Una huerta de Úbeda preparada para la plantación

Nuestros gobernantes, salvo su inclusión en el documento de la Declaración, no han dado aún a las personas que heredaron este excepcional patrimonio la oportunidad que necesitan para hacer factible su permanencia en el tiempo, para que no sean finalmente más que polvo en el viento. Sólo la obstinación de algunos de estos hortelanos, que han preferido continuar con esas centenarias terrazas unos, muy pocos, desde un punto de vista profesional y otros, la mayoría, como aprovechamiento para el disfrute familiar, sólo este tesón ha hecho posible la supervivencia contra viento y marea de algunas huertas; a pesar de todo y de todos; a pesar de la invasión de nuestros mercados y fruterías por verduras foráneas industrializadas y cultivadas de manera intensiva con métodos agresivos que no hacen sino esquilmar la tierra.
Pero la perseverancia de estas familias no basta para que estas actividades agrarias puedan desarrollarse de manera efectiva: es preciso una mayor amplitud de miras y permitir cierto tipo de prácticas productivas que sean acordes con la protección de estos espacios mediante el desarrollo de actividades alternativas a las específicamente agropecuarias y compatibles con ellas. Es vital dar una oportunidad a esta ancestral labor agrícola no sólo de importancia económica, sino preciosa por sus excepcionales valores antropológicos, culturales, etnológicos y medioambientales, que no deberían dejarse morir, y menos aún cuando el mismísimo documento de la Declaración cataloga la feliz supervivencia de los ruedos de huertas tradicionales como complemento de la imagen histórica de Úbeda y Baeza.

VIII. La autenticidad del patrimonio

Cuando en el año 2006 el Área de Rehabilitación Concertada de Úbeda pretendía rehabilitar una casa ubicada en el nº 6 de la calle Beltrán de la Cueva por parte de la Empresa Pública del Suelo de Andalucía, para construir cuatro viviendas dedicadas a alquiler y un bajo dedicado a local comercial, y cuando, al iniciarse las obras en el inmueble, se descubrieron características singulares dignas de atención y conservación, Plaza Vieja solicitó al Ayuntamiento la conveniencia de que se realizara un informe arqueológico a cargo de la Oficina Arqueológica de Úbeda y el correspondiente e ineludible informe técnico de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Consejería de Cultura. Igualmente, cuando el Parador Nacional de Turismo de Úbeda pretendía ampliar sus instalaciones con un inmueble situado justo enfrente de su fachada principal, el hallazgo de lo que fue el malogrado palacio de don Rodrigo de Orozco, tras una exhaustiva y científicamente desarrollada investigación arqueológica a cargo de Vicente Barba Colmenero, hizo que se optara por acordar que dicha ampliación tuviera que esperar hasta el día de hoy en razón de la importancia y singularidad de los vestigios hallados en este crucial lugar del casco histórico de Úbeda.
Pues bien: sucede que hace algo más de dos años se ha presentado un “hallazgo” con el nombre de “Sinagoga del Agua” en un edificio del casco histórico destinado a viviendas privadas y aparcamiento subterráneo. En vez de este aparcamiento que era para lo que se había solicitado licencia municipal, hoy se ofrece a propios y extraños la visita a una “sinagoga” que apareció de pronto a la luz pública sin el menor conocimiento previo por parte de los ciudadanos y no sabemos si también del Ayuntamiento. ¿Existe informe de la Oficina Arqueológica de Úbeda del momento en que en esas obras aparecen restos arqueológicos de interés? ¿Y de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Consejería de Cultura? ¿Ambos organismos pueden ofrecer hoy cuales han sido sus actuaciones durante todo el proceso de ¿recuperación?, ¿restauración?, ¿supuesta recreación? de este sitio? Suponemos que se trata de un gran hallazgo arqueológico puesto que el Ayuntamiento y la Diputación Provincial con sus apoyos institucionales así lo parecen reconocer ante los medios de comunicación.
¿Se ha iniciado entonces el expediente para su declaración de Bien de Interés Cultural por el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura? Si es verdaderamente, como se anuncia y se vende a los visitantes de nuestra ciudad, una sinagoga, inmediatamente debería de haberse procedido a su catalogación y protección. ¿Y si no lo es? ¿Qué deberían hacer el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura?
También se ofrece a los visitantes de Úbeda otra sinagoga, llamada de Salomón y variados "museos", e igualmente solicitamos en su día al Ayuntamiento si todos ellos habían recibido el informe técnico correspondiente que les diera derecho al uso del término “Museo” (regulado por la Ley de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía), o la declaración de la aautodenominada sinagoga como bien de interés cultural.
Si son certificados oficialmente, desde Plaza Vieja solicitamos para ellos todo el apoyo y promoción que se merecerían por lo que suponen de extraordinaria nueva oferta complementaria al reconocimiento de nuestra ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Lo que Plaza Vieja no quisiera de ningún modo es que desde las administraciones públicas se estuviese contribuyendo a fomentar un posible engaño al visitante con el enorme perjuicio que, de ser así, se ocasionaría a la imagen de Úbeda.

No menos importante es también evitar que se ensucie la imagen patrimonial y los escenarios urbanos claves de nuestra ciudad con una señalización abusiva, a veces incorrectamente instalada sobre fachadas de edificios históricos, con reclamos de restaurantes en la mismísima fachada de la Sacra Capilla de El Salvador, o con la presencia de cutres trenes turísticos con parada estable nada menos que en la plaza Vázquez de Molina, enclave central de de la Declaración de Patrimonio Mundial y en la Plaza del Pópulo de Baeza. No nos imaginamos dichos trenes, propios más bien de un parque temático, en la Piazza della Signoria de Florencia o en la del Obradoiro de Santiago de Compostela.
A nuestro parecer, sería preciso buscarles una ubicación en lugares más discretos o, cuando menos, menos "llamativos".  

IX. Medio ambiente. (I)

Las áreas de interés biótico están insuficientemente conservadas y protegidas en Úbeda. Esto conlleva que sobre ellas se ciernan todo tipo de peligros en forma de convenios y plenos municipales para desclasificarlas y urbanizarlas, en forma de cambio de uso del suelo y su transformación en olivar, en forma de repoblaciones inadecuadas, roturaciones, canteras, balsas, instalaciones eléctricas y de riego, basura y vertidos, caza furtiva e indiscriminada, venenos, etc.
Por ello, es el criterio de Plaza Vieja que debe aumentarse y mejorarse su protección si queremos continuar con nuestro deber de conservar la naturaleza y, más concretamente, de preservar en nuestro término municipal y en la comarca de La Loma de Úbeda los últimos vestigios de vegetación autóctona, se trate de bosque  mediterráneo, estepa o cualquier otro tipo de hábitat con sus respectivas fauna y flora, sus valores ambientales y paisajísticos, así como sus recursos, sus explotaciones tradicionales y, en definitiva, su desarrollo sostenible.
Para mejorar la protección de estas zonas, creemos que sería conveniente afrontar y llevar a cabo las siguientes actuaciones:
1º.    Elevar el nivel de protección jurídica de las actuales Áreas de Interés Biótico, de forma que se impida que en ellas se produzcan daños como los arriba citados y que sean conservadas como tales por sus valores ya contrastados, así como blindar este nivel de protección para evitar su reclasificación o su modificación en virtud de los intereses a corto plazo de la corporación municipal de turno o de particulares sin escrúpulos, garantizando de ese modo el interés general de su conservación.
 La Dehesa del Moro
2º.    Crear una figura de protección municipal nueva que aumente y complemente el nivel de protección provincial o autonómica de estas áreas.
3º.    Crear un Espacio Comarcal Protegido. En él se conservarán las zonas de bosque y monte mediterráneo del norte de nuestro término (antes catalogadas como Área de Interés Biótico y que, con la modificación efectuada por el consistorio presidido por Marcelino Sánchez, bajo el amparo de “adaptar la regulación actual del Plan General de Ordenación Urbana de Úbeda al Plan Especial de Protección del medio Físico y Catálogo de espacios y Bienes Protegidos”, fueron declaradas “Complejo Serrano de Interés Ambiental”, lo que en la práctica vino a dar carta blanca a la explotación de una cantera de caliza, cosa antes expresamente no permitida), como la Loma de los Donceles, La Torrihuela, la Dehesa del Moro, etc., junto con las zonas lindantes de otros términos municipales como los de Navas de San Juan, Arquillos, Sabiote y Rus.
4º.    Además, existen zonas de valor medioambiental y paisajístico que actualmente se encuentran sin nivel alguno de protección. La mayor parte se trata de hábitats o ecosistemas de espartizal, estepa o monte bajo, pero son los únicos reductos de este tipo de biotopos que se conservan en nuestro término municipal, por lo que hay que iniciar cuanto antes medidas tendentes a evitar su degradación o desaparición. Estas zonas son las siguientes:
-                      Estepa y Monte Bajo: Sierra de Don Pedro, Sierra de las Cabras, Alto de la Sierrezuela, La Puebla y Calatrava.

Cerro del Cuco y Cerro Gordo

-                      Bosque Mediterráneo: La Torrihuela.
-                      Valor paisajístico: La Alameda.
5º.    En lo que se refiere a las tierras de cultivo cerealista en el término municipal de Úbeda, nuestra Corporación Municipal debería ser consciente de que estás áreas paisajísticas, generadas por la intervención del hombre a lo largo de los siglos, tienen un valor natural y paisajístico que debería ser conservado, y más aún cuando constituyen islas únicas que emergen en el inmenso monocultivo del olivar, que es el que continúa su avance inexorable y cuya presión constante está acabando con ellas. Al igual que la cornisa sur de la ciudad con sus huertas tradicionales, los escasos restos de campo dedicado al cultivo de cereal que quedan en el término municipal de Úbeda deberían ser objeto de una dedicación de las Administraciones autonómica, provincial y local con vistas a su conservación. Los campos cerealistas constituyen un ecosistema (agrosistema en este caso) donde se alimenta, reproduce y desarrolla su actividad vital un gran número de especies animales, entre las que cabe destacar a las aves esteparias. En nuestros cada vez más escasos sembrados de avena, cebada, centeno o trigo, son comunes aves como el aguilucho cenizo, el aguilucho lagunero, el cernícalo primilla, el cernícalo vulgar, la cogujada, la alondra, la calandria, la perdiz, la codorniz, el sisón o el triguero, entre muchas otras especias asociadas a este biotopo.

Lavandera blanca (Motacilla alba)

Las fincas o lugares que aún están dedicadas a este tipo de cultivo en Úbeda son: las siembras de la carretera de San Miguel; la Vega de la Salina y Peralta en la carretera de Jódar; El Madroñal; la Loma de Azoreros, Guadalupe y el resto de las siembras de la carretera de Arquillos, tanto la antigua como el trazado nuevo; La Herradura; la Vega de Martín; el cortijo del Chantre y Pedro Marín; el valle del Guadiana Menor en la carretera de Larva; las siembras al Norte del cerro Fontanar; Puebla; el barranco de Piedra Buena; Santo Domingo y Los Pelones.
  Aguilucho cenizo (Circus pygargus)
Plaza Vieja cree que incluyendo estas sugerencias en el próximo y paralizado actualmente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se recogería el concepto de sostenibilidad tal y como defendía el PSOE en sus programas electoral de las últimas y penúltimas elecciones municipales, cuyo apartado titulado MEDIO AMBIENTE RESPETADO, en su punto 6, decía, textualmente: “Proteger los ecosistemas del entorno: El Quejigal, El Chaparral, el Monte Azoreros, Valdecanales, La Torrecilla y Doña Aldonza, entre otros de alto valor ecológico. Así mismo, en el punto del apartado CON EL MEDIO AMBIENTE COMARCAL, se prometía la elaboración de un “Plan especial de Conservación del entorno del Guadalimar y estudio para declaración de parque periurbano de la Cañada Real del Paso.”, plan del que aún ni siquiera ha sido redactado el borrador.


X.  La Cárcel Vieja.
Este edificio singular y representativo de una época de la historia de Úbeda (primer cuarto del siglo XX) de la que no quedan demasiados vestigios arquitectónicos de interés, presenta un estado de conservación deplorable y la Subdelegación del Gobierno en Jaén debe intervenir cuanto antes y con carácter de urgencia cederlo o donarlo a la ciudad de Úbeda, con la condición de que se proceda a su restauración para posteriormente ser dedicado a sede de un futuro centro cultural y social. El Ayuntamiento debería presionar en este sentido ante el Gobierno central.
De la misma manera que se viene procediendo con otros edificios históricos ubetenses, debe actuarse sobre este de la antigua cárcel para ponerlo al servicio de todas las personas que residimos en Úbeda. El criterio de Plaza Vieja es que es necesaria su rehabilitación urgente como testigo de una época de nuestra ciudad y que, con su conservación, los ubetenses tendríamos la oportunidad de, por un lado, mantener en pie uno de los escasos ejemplos en nuestra ciudad del estilo neomudéjar y por otro lado, de dotar a corto o medio plazo a la gran área del nordeste de Úbeda conformada por los barrios de San Pedro, de Las Canteras, de La Alameda y de la Puerta del Sol, con importantes carencias en cuanto a dotación de espacios culturales y sociales, de un centro cultural que animara la zona y diera cabida a diferentes actividades a lo largo del año y que, al mismo tiempo, fuera sede estable de diferentes asociaciones y grupos vecinales, culturales y sociales.
El avance del deterioro de este edificio. gracias al abandono total a que lo tiene sometido la Subdelegación del Gobierno, es evidente. 
Febrero 2007
Julio 2012

Abril 2013

  XI. El Alcázar.



Esta zona de Úbeda lleva muchos años en la boca de nuestros políticos, ya gobiernen ya estén en la oposición, y, al igual que sucede con otros muchos temas, ninguno de ellos acaba por darle una solución definitiva a su permanentemente deplorable estado. En agosto de 2007, el entonces alcalde Marcelino Sánchez resaltaba el valor arqueológico de su valiosísimo yacimiento. Tenía previsto, o al menos eso avanzaba, organizar visitas, en mañana y tarde, para mostrar la riqueza patrimonial que se estaba sacando a la luz. Aquello estaba “pendiente de aprobación”. Tras ello, se arregló un torreón de la muralla de los Miradores, con un acabado final que deja mucho que desear.

En enero de 2009 el alcalde Sánchez anunciaba los proyectos presentados para el Fondo Estatal de Inversión Local, entre los que se encontraba el de Adecuación, rehabilitación y mejora de entornos y espacios públicos urbanos, zonas verdes y ámbitos industriales en los espacios públicos en las Eras del Alcázar. Mucho dinero ¿mal? gastado en este emblemático lugar de Úbeda y… aquí estamos. No hay más que asomarse al barrio para ver los cuestionables resultados de tantísimos fondos invertidos.

 Foto perteneciente al blog http://ubedasocialista.blogspot.com

El verdadero problema de las Eras del Alcázar es ese tradicional abandono por parte de los responsables municipales incapaces de buscarle una verdadera solución. Esos proyectos siempre pendientes, siempre por empezar o por terminar, que nunca inician o concluyen por solucionar un problema endémico del que solamente nos ocupamos cuando unas familias más o menos fuera de la ley se instalan allí. Pero, cuando estas familias ya no estén en el Alcázar, ¿ya se acaban los problemas de este barrio? Aprovechando diferentes planes estatales y autonómicos, se ha empleado en los últimos años muchísimo dinero en él, y a la postre lo que da la impresión es  que para poco está sirviendo. Una de las maneras de conseguir que el Alcázar deje de ser, de una vez por todas, un espacio marginal es incluirlo dentro de los proyectos del Área de Rehabilitación concertada de Úbeda. Otra, continuar con la apuesta arqueológica y crear un espacio de primer orden aprovechando los trabajos y excavaciones que se han venido realizando en los últimos años. El Antiquarium de Sevilla y muchos Centros de Interpretación de diferentes Parques Arqueológicos españoles nos marcan el camino. ¿En qué punto se encuentran en estos momentos el proyecto de ordenación y el estudio técnico para el desarrollo de este barrio y de su entorno?

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