Varios expertos cuestionaron que, a día de hoy, se pueda decir que la llamada Sinagoga del Agua de Úbeda sea sinagoga u otro tipo de monumento. Así lo dijeron en la mesa redonda, con posterior debate, titulada 'El patrimonio histórico y su autenticidad', que desarrolló la Asociación Plaza Vieja en Defensa de Úbeda Patrimonio de la Humanidad.
Entre estos entendidos estuvo Francisca Hornos, directora del Museo Provincial de Jaén, arqueóloga, conservadora del patrimonio, presidenta de la Comisión Andaluza de Arqueología y vocal de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Jaén, de la Comisión Andaluza de Museos y de la Comisión Técnica del Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería.
Según explicó «la ciudad de Úbeda tiene elementos patrimoniales de un rango enorme, y revelaciones recientes como la Sinagoga del Agua no empañan la grandeza y excelencia del patrimonio» local. Pero también recordó que los informes arqueológicos no se deben hacer después de presentar el producto turístico, sino antes, y que, además, «deben hacerse públicos y sostener debates en abierto».
Interés de Plaza Vieja
Este es un asunto en el que Plaza Vieja viene incidiendo y solicitando información desde hace tiempo, ante la proliferación de nuevos lugares de visita en la ciudad que se ofrecen al turista como museos o centros de interés patrimonial, algo que, según el colectivo, se debería controlar más desde las administraciones públicas con la normativa existente en la mano.
Al respecto, Francisca Hornos añadió que «cumpliendo con las leyes cualquiera puede enseñar lo que es suyo, pero el análisis tipológico y formal de un patrimonio arqueológico, etnológico o artístico no debe ser a posteriori». Y preguntó: «¿dónde está la excavación arqueológica que se hizo ahí?, ¿quién la hizo?, ¿dónde está el inventario de dicha excavación?».
Manifestó que Úbeda es una de las cinco ciudades de la provincia de Jaén que cuentan con Carta Arqueológica que estudia solar por solar, con unos criterios y unas formas de actuar. Y dichas normas están incluidas en el planeamiento urbanístico de protección de bienes culturales de la ciudad desde los años 90 y se pueden aplicar.
Ello fue determinante para que la UNESCO otorgara el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. «Úbeda es una ciudad de excelencia donde la administración cultural ha volcado muchos esfuerzos económicos en especialistas, estudios y una Oficina Arqueológica que hemos pagado entre todos los andaluces», aseveró, añadiendo que «siempre hay que hacer intervenciones previas y no vale afirmar que las cosas están ahí; mientras no las estudien no se puede decir lo que sea».
Hipótesis
En relación con la Sinagoga del Agua, y al igual que su compañera de mesa, afirmó que las excavaciones arqueológicas no se hacen a posteriori. «Hay que hacer un proceso de investigación previo, de documentación, de exposición pública y con contraste académico», destacó, considerando que «debe hacerse el procedimiento adecuado y no empezar la casa por el tejado». «Sin ello no se puede decir que es una sinagoga», apostilló.Difícil identificar el legado hispano-judío
Finalmente, en el acto intervino Rafael Cámara Expósito, fundador y presidente de IUVENTA y de Tarbut Sefarad Jaén, además de activo participante en el ámbito de la cultura hebrea en España. Hizo referencia a la dificultad de identificar el legado material hispano-judío y manifestó no disponer de la base documental mínima de la Sinagoga del Agua que le permita pronunciarse sobre ella. Sí expresó la importancia de tener en cuenta una buena serie de indicios a la hora de poder identificar elementos de catalogación de una sinagoga, como se está haciendo en la Judería de Jaén. Indicios como la tradición oral, situación en la judería o la proximidad, la orientación del edificio, el tipo de entradas, etc.Otro de los invitados a la mesa redonda fue, Vicente Barba Colmenero, arqueólogo profesional del estudio Arq13, con un largo currículum profesional en actividades arqueológicas y publicaciones. Éste manifestó que para que el patrimonio sea auténtico debe ser suficientemente estudiado con un protocolo científico. «Es un proceso largo, de investigación, protocolos y normas en la arqueología, leyes, reglamentos, fuentes bibliográficas y Cartas Arqueológicas como la de Úbeda», declaró. Según dijo es preciso evitar la banalidad del turismo cultural, y los sitios deben ser auténticos y verídicos.Uno de los asistentes al acto aludió a un documento que apoya los contenidos de la Sinagoga del Agua, ante lo cual la directora del Museo Provincial aclaró que se trata de «un trabajo final de un Máster de edificación», por lo que no es un documento arqueológico sino de construcción, y realizado por un arquitecto técnico y no por un arqueólogo. «Tenemos una administración cultural que se ocupa de estas cosas y tenemos formatos como garantía», aseveró, subrayando que ha sido turista en el citado lugar «y todos los aspectos de los que me han hablado son hipótesis y no existe ninguna documentación; la autenticidad está por encima de la opinión de cada uno».
Hornos afirmó que «no se puede llamar monumento a la Sinagoga del Agua y no la podemos comparar con otros monumentos de la ciudad, porque pierde Úbeda». «No hay documentación de las excavaciones que pueda llevarme a decir que es una sinagoga», reiteró, remarcando que los productos turísticos son otra cosa. «De lo que estamos hablando está a otro nivel que no se puede comparar con el excelente patrimonio local», dijo.
Terminó su intervención destacando la importancia de no utilizar banalmente el patrimonio puesto que el turismo cultural no consiste en disponer de los elementos patrimoniales como «telón de fondo» de una visita
Hay que seguir el procedimiento y no empezar la casa por el tejado
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