Las áreas de interés biótico están insuficientemente
conservadas y protegidas en Úbeda. Esto conlleva que sobre ellas se ciernan
todo tipo de peligros en forma de convenios y plenos municipales para
desclasificarlas y urbanizarlas, en forma de cambio de uso del suelo y su
transformación en olivar, en forma de repoblaciones inadecuadas, roturaciones,
canteras, balsas, instalaciones eléctricas y de riego, basura y vertidos, caza
furtiva e indiscriminada, venenos, etc.
Por ello, es el criterio de Plaza Vieja que debe aumentarse y
mejorarse su protección si queremos continuar con nuestro deber de conservar la
naturaleza y, más concretamente, de preservar en nuestro término municipal y en
la comarca de La Loma de Úbeda los últimos vestigios de vegetación autóctona,
se trate de bosque mediterráneo, estepa
o cualquier otro tipo de hábitat con sus respectivas fauna y flora, sus valores
ambientales y paisajísticos, así como sus recursos, sus explotaciones
tradicionales y, en definitiva, su desarrollo sostenible.
Para mejorar la protección de estas zonas, creemos que sería
conveniente afrontar y llevar a cabo las siguientes actuaciones:
1º.
Elevar el nivel de protección jurídica de
las actuales Áreas de Interés Biótico, de forma que se impida que en
ellas se produzcan daños como los arriba citados y que sean conservadas como
tales por sus valores ya contrastados, así como blindar este nivel de
protección para evitar su reclasificación o su modificación en virtud de los
intereses a corto plazo de la corporación municipal de turno o de particulares
sin escrúpulos, garantizando de ese modo el interés general de su conservación.
La Dehesa del Moro
2º.
Crear una figura de protección municipal
nueva que aumente y complemente el nivel de protección provincial o
autonómica de estas áreas.
3º.
Crear un Espacio Comarcal Protegido.
En él se conservarán las zonas de bosque y monte mediterráneo del norte de
nuestro término (antes catalogadas como Área de Interés Biótico y que, con la
modificación efectuada por el consistorio presidido por Marcelino Sánchez, bajo
el amparo de “adaptar la regulación actual del Plan General de Ordenación
Urbana de Úbeda al Plan Especial de Protección del medio Físico y Catálogo de
espacios y Bienes Protegidos”, fueron declaradas “Complejo Serrano de Interés
Ambiental”, lo que en la práctica vino a dar carta blanca a la explotación de
una cantera de caliza, cosa antes expresamente no permitida), como la Loma de
los Donceles, La Torrihuela, la Dehesa del Moro, etc., junto con las zonas
lindantes de otros términos municipales como los de Navas de San Juan,
Arquillos, Sabiote y Rus.
4º.
Además, existen zonas de valor medioambiental y paisajístico
que actualmente se encuentran sin nivel alguno de protección. La mayor
parte se trata de hábitats o ecosistemas de espartizal, estepa o monte bajo,
pero son los únicos reductos de este tipo de biotopos que se conservan en
nuestro término municipal, por lo que hay que iniciar cuanto antes medidas
tendentes a evitar su degradación o desaparición. Estas zonas son las
siguientes:
-
Estepa y
Monte Bajo: Sierra de Don Pedro, Sierra de las Cabras, Alto de la
Sierrezuela, La Puebla y Calatrava.
Cerro del Cuco y Cerro Gordo
-
Bosque
Mediterráneo: La Torrihuela.
-
Valor
paisajístico: La Alameda.
5º.
En lo que se refiere a las tierras de cultivo cerealista
en el término municipal de Úbeda, nuestra Corporación Municipal debería ser
consciente de que estás áreas paisajísticas, generadas por la intervención del
hombre a lo largo de los siglos, tienen un valor natural y paisajístico que
debería ser conservado, y más aún cuando constituyen islas únicas que emergen
en el inmenso monocultivo del olivar, que es el que continúa su avance
inexorable y cuya presión constante está acabando con ellas. Al igual que la
cornisa sur de la ciudad con sus huertas tradicionales, los escasos restos de
campo dedicado al cultivo de cereal que quedan en el término municipal de Úbeda
deberían ser objeto de una dedicación de las Administraciones autonómica,
provincial y local con vistas a su conservación. Los campos cerealistas constituyen
un ecosistema (agrosistema en este caso) donde se alimenta, reproduce y
desarrolla su actividad vital un gran número de especies animales, entre las
que cabe destacar a las aves esteparias. En nuestros cada vez más escasos
sembrados de avena, cebada, centeno o trigo, son comunes aves como el aguilucho
cenizo, el aguilucho lagunero, el cernícalo primilla, el cernícalo vulgar, la
cogujada, la alondra, la calandria, la perdiz, la codorniz, el sisón o el
triguero, entre muchas otras especias asociadas a este biotopo.
Las fincas o
lugares que aún están dedicadas a este tipo de cultivo en Úbeda son: las
siembras de la carretera de San Miguel; la Vega de la Salina y Peralta en la carretera
de Jódar; El Madroñal; la Loma de Azoreros, Guadalupe y el resto de las siembras
de la carretera de Arquillos, tanto la antigua como el trazado nuevo; La
Herradura; la Vega de Martín; el cortijo del Chantre y Pedro Marín; el valle
del Guadiana Menor en la carretera de Larva; las siembras al Norte del cerro
Fontanar; Puebla; el barranco de Piedra Buena; Santo Domingo y Los Pelones.
Lavandera blanca
Aguilucho cenizo
Plaza Vieja
cree que incluyendo estas sugerencias en el próximo y paralizado actualmente
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se recogería el concepto de sostenibilidad tal y como defendía el PSOE
en sus programas electoral de las últimas y penúltimas elecciones municipales,
cuyo apartado titulado MEDIO AMBIENTE RESPETADO, en su punto 6, decía,
textualmente: “Proteger los ecosistemas del entorno: El Quejigal, El Chaparral,
el Monte Azoreros, Valdecanales, La Torrecilla y Doña Aldonza, entre otros de
alto valor ecológico. Así mismo, en el punto del apartado CON EL MEDIO
AMBIENTE COMARCAL, se prometía la elaboración de un “Plan especial de
Conservación del entorno del Guadalimar y estudio para declaración de parque
periurbano de la Cañada Real del Paso.”, plan del que aún ni siquiera ha sido
redactado el borrador.
(continuará)
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