domingo, 9 de septiembre de 2012

Articulo de Miguel Yanes sobre conservación del Patrimonio.

La conservación de nuestro patrimonio histórico tiene todavía que perfeccionarse mucho . Para muestra, este botón de Torres que nos envía Miguel Yanes.


Estimados amigos:

Ayer, en compañía de unos buenos amigos, cumplí un sencillo pero antiguo deseo. Estuve visitando la Cueva del Morron, en Torres (Jaén), y contemplando sus pinturas rupestres.

    Se trata de uno de los escasísimos enclaves con pinturas paleolíticas en Andalucia y, además, éstas tienen una belleza extraordinaria. Se trata de dos grandes machos monteses, en movimiento, uno trazado en rojo y el otro en negro, en el fondo de la oquedad, a 30 m de su embocadura. Os adjunto unas imágenes.

    Pero además, encontramos otra muestra de arte parietal. También un macho montés, si bien en este caso la técnica es distinta: se trata de un grabado y, de momento, no existe una datación absolutamente fiable. No obstante y sin perjuicio de análisis más detallados, como quiera que entre mis acompañantes iban varios profesores de instituto, alguno de ellos creyó reconocer la mano de un aventajado artista de la E.S.O. De hecho, afirmaba con vehemencia que tal nitidez en el trazo esquemático, simple, burdo pero sentido a la par, amén del dominio de la llave en este tipo de técnicas de grabado, solo podía corresponderse a un alumno de los últimos cursos de la E.S.O., muy probablemente a tercero (y último, en su caso). Adjunto imagen de esta nueva muestra de arte parietal.

    Coñas aparte, el grabadito de marras estaba a un metro de la obra del cazador paleolítico. ¡Cualquier dia le da a alguno por "retintar" el trabajo original! De hecho, en las distintas paredes de la cueva, hay casi dos centenares de rúbricas, en su mayoría datadas por sus ilustres firmantes a lo largo de los últimos treinta años.

    Creo que éste no debiera ser un sitio al que se pueda acceder libremente. Tan solo una reja en la entrada y una empresita, o un simple particular responsable, serían una alternativa mucho más segura para la conservación de las pinturas, amén de generarle algunos ingresos a la persona que acompañara y velara porque no se siga deteriorando esta puerta al vértigo de nuestra prehistoria.

Un saludo.

Miguel Yanes.

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