martes, 1 de abril de 2014

EL CONTENCIOSO DEL PALACIO DE FRANCISCO DE LOS COBOS DEBE RESOLVERSE YA



Una vez que el Tribunal Constitucional falló a favor de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli otorgándole la titularidad del palacio de Francisco de los Cobos a cambio de abonar al Ayuntamiento la mitad de lo que nos costó a todos (a todos menos a sus “legítimos dueños”) restaurar este edificio y que nuestro alcalde se comprometió a desatascar esta situación, es hora de zanjar definitivamente este contencioso que enfrenta a la casa ducal con Úbeda.

Sabido es que los dueños del palacio permitieron que alcanzase el dudoso honor de convertirse en una auténtica ruina, ya que lo único que quedaba en pie de su antiguo esplendor era la fachada. En 1984 el ayuntamiento de Úbeda se embarcó en la empresa de devolver al montón de piedras su pasado brillo, para destinarlo a sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), gastando un millón y medio de euros en esa reconstrucción en la que trabajaron siete promociones diferentes de canteros, forjadores, carpinteros, albañiles, herreros, alarifes, etc. de la Escuela Taller de Úbeda.

Cuando las obras estaban casi culminadas y la sede central de la UNED de Madrid ya había librado una cantidad para dotar este centro asociado de Úbeda, debido a algunos incumplimientos del convenio por parte del Ayuntamiento y a instancias de la casa ducal, un juez paralizó las obras en contra del bien común de toda la población afectada. Es cuando menos sospechoso que la casa de Medinaceli esperase a que la intervención estuviera muy avanzada para paralizarla y que sus remilgos ante la mejor o peor ejecución de las obras aumentaran cuando Úbeda fue nombrada Patrimonio de la Mundial de la UNESCO, con lo que este título suponía para la revalorización de sus propiedades.

Está claro que ha faltado información sobre el proceso negociador Corporación municipal- casa ducal. Por eso, en aras de la transparencia ahora tan en boga, para poder tener una opinión fundada al respecto y para que se pueda adoptar una decisión que atienda al bien común de Úbeda, más allá de intereses cortoplacistas de los alcaldes de turno, los ciudadanos deberíamos ser informados de manera clara sobre el contenido de las negociaciones actuales y sobre cuáles fueron los incumplimientos que dieron ocasión a que la casa ducal rompiera la baraja.


Si en el pasado diferentes corporaciones actuaron de modo ligero o ingenuo y fueron víctimas del egoísmo de la casa ducal, es hora de rectificar para restaurar el patrimonio-prestigio y para no quedar ni como aduladores ni como mentecatos. El concepto de Patrimonio exige, por un lado, que administremos bien la hoy maltrecha economía municipal, lo cual obliga a que los caudales públicos invertidos (sean de origen municipal, autonómico, estatal o de la UE) no sirvan finalmente para engordar el ya abultado capital de la casa ducal  y, por otro lado, que estemos alerta una vez más para defender el  patrimonio de los ubetenses (sus edificios y su historia) con un mínimo de rigor, lo cual requiere que el Hospital de los Honrados Viejos siga recordando, aunque sea de lejos, las intenciones sociales de su fundador, cuyos herederos parece que hayan renunciado a sus obligaciones de nobleza o linaje.

El director general de la fundación, señor Albendea, asegura que lo que la Casa de Medinaceli desea es que la UNED se establezca en el palacio y, aunque afirma que su destino cultural nunca ha estado en cuestión, lo cierto es que los hechos demuestran que lleva desde 2001 impidiendo que la provincia de Jaén disponga de una digna sede para la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Un gasto aproximado de un millón y medio de euros aportados por diferentes administraciones públicas, una dotación de material educativo y mobiliario de la UNED en espera de la recepción del edificio... toda esta espléndida inversión sigue en el aire porque al final la Casa de Medinaceli sigue teniendo la sartén por el mango. Plaza Vieja manifiesta que el palacio de Francisco de los Cobos debe ser ya de la ciudad y que si la casa ducal desea hacer uso del Hospital de los Honrados Viejos, que primero sufrague los gastos para concluir las obras del Palacio, cuyo destino debe ser el de sede de la UNED y, si hubiera espacio suficiente, de otras dependencias educativas, como el Conservatorio Profesional de Música.

Y si la casa ducal no se aviniese, la vía de la expropiación forzosa no debería descartarse.

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