Como la basura a su entrada, las promesas incumplidas se acumulan en la historia reciente del solar de San Andrés. En él se han vislumbrado desde viviendas a un instituto. Sin embargo, dejado siempre de la mano de Dios, “Iuventa” propone ahora adecuarlo como la original zona verde que fue, integrando su vasta riqueza arqueológica.
Con una superficie de 4.553 metros cuadrados, el APA III de San Andrés es tan grande que —lamenta el presidente de la asociación socio-cultural Iuventa—, la mitad de la judería jiennense es un solar abandonado, convertido en escombrera. Dejado de la mano de Dios, la basura se amontona a su entrada casi de la misma manera que los proyectos de las sucesivas corporaciones locales para darle uso. Ante su inmensidad, los políticos han proyectado desde viviendas —como pretendió el Gobierno popular de Miguel Sánchez de Alcázar— a un instituto de Secundaria —como propuso la coalición que formaron el PSOE e IU en el anterior mandato con el visto bueno de la Junta de Andalucía—. Pero, después de más de una década de promesas de unos y de otros, el solar de San Andrés no solo está “sin barrer”, sino que su aprovechamiento sigue en el aire y su riqueza arqueológica, reflejo de la historia de la ciudad y de los pueblos que la habitaron, continúa degradándose, totalmente olvidada.
Con razón —se duele el presidente de “Iuventa”—, el APA III se ha ganado el título de “solar eterno” de la capital. Sin embargo, en su anhelo de quitarle este “honor”, la asociación socio-cultural pondrá sobre la mesa una nueva y austera propuesta con la que quiere recuperar la esencia de lo que, en la Edad Media, fue el solar de San Andrés. Dada su accidentada orografía, el valor de los restos hallados en él y con el objetivo de respetar su trama urbana, “Iuventa” plantea la adecuación de la zona verde que era en sus orígenes. “Más de la mitad del APA III formaba parte de dos grandes huertos”, apunta Cámara. Uno de ellos correspondía al Monasterio de Santa Clara y el otro se conocía como “huerto del poli”. De los dos se conservan, actualmente, los paramentos, y aventura el responsable del colectivo cultural: “Si se mantienen, al conservar estos espacios como jardines, la imagen de las callejuelas sería la misma y los muros los protegerían cuando se cerrara por la noche”. “En las mismas condiciones que el parque del bulevar”, añade que este lugar también debería estar vigilado.
Como en el caso de la clamada rehabilitación de los Baños del Naranjo, “Iuventa” no quiere mármoles de Carrara, ni losas del mejor granito. Solo un parque clásico que evoque a los antiguos huertos del Jaén medieval. Una zona verde que contaría con una seña distintiva, genuina y magnética: la que representan sus restos arqueológicos. Una riqueza romana, islámica y judía que “Iuventa” propone que quede totalmente integrada para el conocimiento de los vecinos y también de los turistas con pasarelas de madera y paneles informativos.
El colectivo expondrá su propuesta en las reuniones que, la próxima semana, mantendrá el grupo de trabajo del casco antiguo con vistas al futuro planeamiento urbanístico de la ciudad. Porque, hoy por hoy, el futuro del solar de San Andrés está abierto. Según el concejal de Urbanismo, Francisco Javier Márquez, en él se hará “lo que los vecinos digan”, en función las conclusiones que se obtengan en ese grupo de trabajo. Esto supondría hacer tabula rasa y desterrar el proyecto del instituto, pero —repone el edil—: “La Junta hizo la promesa de que, en 2011, estaría terminado el instituto. Ha tenido una década para cumplir su compromiso y no lo ha hecho”.
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