Ya han concluido los trabajos que durante el último mes se han venido desarrollando en el exterior de la iglesia de la Santísima Trinidad de Úbeda, cuyo objetivo ha sido consolidar algunos puntos de la fachada, la torre y las cubiertas para garantizar la seguridad. Ahora toca desmontar todo el andamiaje. Y una vez que se haga, podrá apreciarse el resultado.
Las obras de emergencia se han realizado toda vez que hace unos meses se produjeron unos desprendimientos de materiales desde gran altura que hicieron plantearse la necesidad de hacer algunas mejoras. Para ello, lo primero fue colocar una enorme estructura de andamios que permitiera acceder fácilmente a todas las partes en las que se planteó actuar.
Las obras, encargadas por el Obispado como titular y responsable del edificio, han corrido a cargo de la empresa ubetense de restauración y conservación de bienes culturales Ubedarte, que dirige Manuel Martos Leiva. Ha sido una actuación intermedia, no integral, que ha incluido labores de limpieza y desbroce, consolidación de elementos descohesionados, relleno de grietas con mortero y, finalmente, reposición de volúmenes pétreos allá donde ha sido necesario, para lo cual se han utilizado materiales con el mismo cromatismo.
Resultado palpable
Con todo ello, es palpable una limpieza general del exterior de la iglesia (con especial detenimiento en sus dos portadas), lo cual ha supuesto la eliminación de hongos y líquenes, excrementos de paloma, así como gran parte de la costra negra que cubría la fachada. Eliminada esa pátina de suciedad, la piedra ha vuelto a recuperar parte del color dorado originario, tan característico de la arquitectura de Úbeda.
Asimismo se han repasado las tejas de la parte que da a la lonja de la Trinidad, pues se comprobó que algunas estaban sueltas, y se han añadido algunas otras labores y mejoras que no estaban previstas. Para todo ello se ha cumplido escrupulosamente el plazo de un mes inicialmente establecido de actuación directa sobre el templo, es decir, sin contar los días de montaje y desmontaje del enorme andamio. Ello ha sido posible gracias a la dedicación del equipo de trabajo responsable de las obras, pues no todos los días se pudo trabajar debido a las malas condiciones meteorológicas.
Previamente, cuando se produjeron los desprendimientos y para preparar la intervención, se realizó una inspección ocular con una grúa de gran altura, lo que permitió hacer un análisis de la situación de la fachada, la torre y las cubierta, lo cual derivó después en el proyecto de obras que se ejecuta en estos días.
Cernícalo primilla
Esta actuación generó cierta polémica debido a que algunos colectivos alertaron que se estaba afectando a la población de cernícalo primilla en época de reproducción. Al respecto, la empresa ha tomado las medidas pertinentes para reducir el impacto al máximo, siguiendo además los consejos de Medio Ambiente. En ningún momento fue necesario paralizar la intervención, con la cual incluso se han habilitado espacios para los nidos, con su correspondiente lecho de arena y agujeros de una medida específica para evitar que sean utilizados por las palomas.
Próximamente
La empresa Ubedarte ha anunciado que tiene previsto organizar un acto público, a modo de conferencia abierta a todo el que esté interesado, para explicar pormenorizadamente todo lo realizado durante estas obras, presentando además numeroso material gráfico del antes, el durante y el después. Respecto a los andamios, existe intención de trasladarlos a la torre de la iglesia de San Millán, donde la hermandad de la Soledad pretende intervenir en breve con sus propios recursos para reparar las cubiertas, que se encuentran muy deterioradas. Y en cartera, Ubedarte tiene a la vista actuar en la rehabilitación de San Lorenzo una vez que el proyecto esté disponible en un par de meses gracias al acuerdo de cesión recientemente firmado entre el Obispado y la Fundación 'Huerta de San Antonio'.
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