martes, 30 de octubre de 2012
Noticia IDEAL de Jaén:Lopera proyecta un centro de interpretación de la Guerra Civil
En pueblos como Canena o Rus se las conoce como 'caracoles'. Son construcciones de piedra seca, sin ningún tipo de mortero ni aglutinante, que forman parte del paisaje más atávico. Izquierda Unida presentó una proposición no de ley en el Parlamento andaluz para que esta arquitectura se declare Bien de Interés Cultural. No tienen caldo ni salsa, ni siquiera en sus formas se intuye la espiral, ni llevan la casa a cuestas, ni sacan sus cuernos al sol, ni son gasterópodos, pero se les conoce como “caracoles”.
Dentro de las diferentes construcciones de piedra seca se llama así a una especie de cabañas, a las que también se denomina chozos o cucos, construidas en piedra, rematadas con falsas bóvedas hechas con la técnica de aproximación de hiladas. Sus portadas están hechas con grandes dinteles, sus tejados son de tierra y la planta tiene forma circular o cuadrada. Su origen se remonta al Neolítico y su permanencia, evolución y uso pervivió hasta la pasada década de los años 40. La función de estas construcciones era servir de habitáculo desde el que se vigilaban y cuidaban viñas y huertas, de refugio y para guardar los aperos de labranza. Son construcciones fácilmente reconocibles, ya que la mayor parte de ellas está aislada, en lugares visibles, aunque también las hay adosadas a muros. En los términos de Rus y Canena se ha censado y catalogado a 92 “caracoles”, en un espacio de cuatro kilómetros cuadrados.
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