Las faldas del Cerro de la Virgen del Castillo, poblado de
numerosas cuevas que hasta hace unas décadas oficiaron como vivienda
habitual, ha vuelto a sufrir un nuevo desplome que, afortunadamente, no
ha ocasionado daños personales. Tras el desprendimiento hace un mes de
un lienzo de 15 metros de muralla medieval sobre cuatro de las cuevas
que integran el patrimonio troglodítico de la localidad, ahora llega
este nuevo hundimiento que provoca alarma en la población. Los daños
ocasionados en las cuevas y en el entorno circundante se verán cuando se
retiren los materiales, ya que la estructura de la gruta ha quedado
sepultada por los restos desprendidos.
El desplome se atribuye a las filtraciones provocadas por
la lluvia y a la enorme población de sábilas, cerca de una tonelada,
asidas a la pared lateral del terreno desprendido. Hay también quien
apunta a que podría haber afectado los terremotos que se vienen
produciendo en Torreperogil y Sabiote. El alcalde, Bartolomé, Guijo, el
arquitecto del Ayuntamiento y los servicios técnicos se personaron en el
lugar de cara a coordinar y ejecutar trabajos de urgencia para proteger
la zona y evitar nuevos desprendimientos.
Las cuevas de Vilches
Durante siglos los vilcheños aprovecharon la composición
blanda de la piedra arenisca que forma sus cerros para excavar en ellos
un innumerable numero de cuevas, que oficiaron hasta hace poco más de 40
años como vivienda habitual. Ahora, cuatro décadas después, algunos
vecinos incluso quieren reeditar la vida dentro de la gruta y se afanan
en rehabilitar estructuras y habitáculos de lo que fue algo más que un
símbolo en el paisaje urbano de Vilches.
El Ayuntamiento, además, ha mejorado los accesos con
adoquinado rústico, miradores, barreras de protección, farolas y bancos.
Los desprendimientos sufridos constituyen un duro golpe para el
vilcheño que ve como peligra el pasado troglodítico del municipio.
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