El proceso de deterioro de la iglesia de San Lorenzo de Úbeda sigue imparable. En la madrugada de ayer se hundió parte de un tejado correspondiente a una dependencia anexa, concretamente una de las estancias que en otro tiempo habitó la recordada campanera del templo. Un vecino manifestó a IDEAL que en la noche del martes al miércoles, a eso de las tres, escuchó un gran estruendo que le hizo sospechar que algo había pasado en la iglesia. Horas más tarde, una vez que amaneció, comprobó que, efectivamente, la citada cubierta, totalmente plagada de jaramagos, presentaba un buen socavón de varios metros. No tuvo la menor duda de que ese hundimiento fue la causa del ruido escuchado durante la noche, pues en las horas previas ese tejado, aunque maltrecho, estaba completo.
No es de extrañar tanta seguridad en sus palabras o en las de cualquier otro habitante del entorno, ya que muchos vecinos de la zona conocen perfectamente el estado de San Lorenzo, cada elemento, cada grieta. Y es que, desde hace años viven pendientes de su triste evolución, temiendo que cualquier momento sea bueno para que se produzcan daños irreparables y, lo que sería peor, acabe causándose una desgracia. Todo ello se acrecienta en periodos de fuertes lluvias y vientos, como ahora, y más aún en los últimos meses con los continuos movimientos sísmicos que se vienen registrando entre Sabiote y Torreperogil, muchos de los cuales se sienten con fuerza en Úbeda.
Críticas
La frase más repetida en el barrio es: «hasta que no pase una desgracia no van a hacer nada». Con ello critican que el Obispado, como propietario del edificio, y las administraciones (Ayuntamiento y Junta de Andalucía, sobre todo), como responsables de velar por el mantenimiento del patrimonio histórico y de garantizar la seguridad, aún no hayan pasado de las palabras a los hechos con contundencia. Y ello pese a las continuas llamadas de atención de los vecinos y sus colectivos, la creación de plataformas ciudadanas en defensa de San Lorenzo, las concentraciones de protesta, las reuniones con la Consejería, los manifiestos de apoyo, las recogidas de firmas, las preguntas en el Parlamento Andaluz... Aunque todas las partes dicen estar dispuestas a buscar una salida, nada parece desbloquear una situación que lleva años paralizada, salvo si hablamos del proceso de deterioro del edificio, que es lo único que avanza.
Al respecto, según ha podido saber IDEAL, tanto el Obispo de Jaén como el alcalde de Úbeda, Ramón del Hoyo y José Robles, tienen prevista en sus respectivas agendas una reunión para tratar este asunto, entre algunos otros. Tenía que haberse celebrado ayer, pero volvió a aplazarse. Al parecer, está siendo complicado concretar una cita y un acercamiento, hasta tal punto que el Obispado llegó a pedir en algún momento la intercesión de máximos dirigentes del PP jiennense, aunque luego sus obligaciones fueron las que ayer causaron el aplazamiento. Se espera que ambas partes puedan sentarse en breve en torno a la misma mesa.
Requerimiento y posible sanción
Recientemente el Ayuntamiento remitió al Obispado un nuevo requerimiento (uno de tantos) para que, con carácter de urgencia, acometa obras en San Lorenzo. Según las fuentes consultadas, podría conllevar una sanción de más de 100.000 euros. Y hay disposición a aplicar la Ley de Patrimonio Histórico, es decir, si el propietario no hace la obra, la haría el Consistorio para después pasar la factura, y si ésta no fuera abonada, el bien pasaría a ser de propiedad municipal.
Permuta, cesión, un restaurante...
La intención de ambas partes es no llegar a esos extremos y buscar una solución desde la colaboración. Pero es mucho lo que hay que matizar. La situación ha cambiado mucho desde que el anterior equipo de gobierno ofreció permutar San Lorenzo por terrenos municipales tras valorar la iglesia en 600.000 euros, algo que al Obispado le pareció poco. Con una coyuntura económica muy distinta, lo último que se sabe es que la Iglesia ofreció al Ayuntamiento una cesión gratuita del templo, sin terrenos ni dinero de por medio, claro está, a cambio de que la administración local se hiciera cargo de su rehabilitación. El problema de esta propuesta estuvo en el tiempo de cesión propuesto, insuficiente en opinión del Consistorio.
Después, incluso un empresario llegó a entablar conversaciones con el Obispado para plantear la puesta en marcha de un proyecto hostelero en el edificio. Pero la idea se desvaneció rápido por el montante económico que acarreaba.
Paralelamente, ha habido visitas e inspecciones oculares de técnicos en las que se han detectado importantes problemas en el inmueble, amagos de proyectos para evitar un mayor deterioro mediante ciertas obras de consolidación y reuniones a distintos niveles. Pero, de momento, todo sigue igual. Muchas intenciones pero pocas soluciones para un bien patrimonial que pide a voces una intervención urgente.
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