Úbeda debe ir poniendo el foco sobre determinados
problemas en la conservación del patrimonio y conjugar esto con las comodidades
de una ciudad moderna. A lo largo de estos últimos años, constatamos que, a pesar de que a nuestros políticos municipales se les llena la boca de lo contrario, no se están adoptando las medidas necesarias para
favorecer la permanencia de la población en esta zona de Úbeda.
En cuanto a las remodelaciones ejecutadas, existen
ejemplos negativos a la hora de reorientar el carácter de nuestras calles, como
ha sucedido con la calle Real, que se ha convertido en una especie de parque
temático.
No ayuda en absoluto a paliar la sangría de población en el casco histórico el hecho de que, actualmente el IBI de las viviendas y locales de esta zona estratégica para el desarrollo de Úbeda se haya disparado, a causa de las características del tipo predominante de viviendas, la mayoría unifamiliares, penalizando a la gente que rehabilita sus casas. De seguir por este camino, se estará obligando a los residentes a abandonarlo. En este sentido, por la importancia que supone para su recuperación y revitalización, tanto la Consejería de Obras Públicas y Vivienda como el Ayuntamiento deben dar explicaciones sobre la paralización o ralentización de los proyectos previstos dentro del Área de Rehabilitación Concertada. La oficina de Úbeda, que lleva funcionando bastantes años, tenía en marcha un total de 13 promociones y unas 160 viviendas. Proyectos como el ya finalizado y recientemente controvertido de la calle Beltrán de la Cueva (que contempla 4 viviendas), o los de las calles Ariza (con 18) y Particiones (otras 6), el antiguo cuartel de Santa Clara, (más de 30 viviendas), etc., soportan un excesivo retraso, no necesariamente ligado a la crisis económica.
Solar del antiguo cuartel de Santa Clara
Es necesario dar un mayor impulso a este programa
como medio de aportar al casco antiguo de Úbeda una población joven que pronto
demandaría servicios y equipamientos, lo cual redundaría en una mejora y
revitalización del mismo.
Y, por último, en lo que se refiere
a las intervenciones tanto públicas como privadas en el centro histórico de
Úbeda, nos preguntamos por el papel que vienen desempeñando en materia de
vigilancia y aplicación estricta de la ley los técnicos de urbanismo del
Ayuntamiento, por un lado, cuyo número se ha incrementado de manera bastante acusada en
los últimos años, sin que por ello se aprecie un mayor rigor en el control y
seguimiento de las obras, y la Comisión Provincial de Patrimonio de la
Consejería de Cultura, por otro, pues es patente en demasiados casos su
excesiva relajación e incluso la ausencia de vigilancia en determinadas
intervenciones públicas y privadas.
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