lunes, 19 de marzo de 2012

La ciudad que queremos: VI. Accesos al casco histórico por el Sur


En Úbeda, las mejores vistas de conjunto se tienen asociadas a accesos de segundo orden, por lo que no son todo lo conocidas que debieran y, en nuestra opinión, deberían ser mejor valoradas por nuestros gobernantes y adquirir una importancia a la hora de su utilización para ingresar al casco histórico de la que ahora carecen.

Y es que, tal como están estructurados los actuales accesos al casco, a éste se llega desde el Norte, teniendo que atravesar los nuevos ensanches de la ciudad moderna, una ciudad de la que no cabe esperar que sea de las más monumentales de Andalucía si no se está previamente advertido de ello. Accesos desde los que no se percibe la fachada urbana más significativa, aquélla donde se hace presente la relación ciudad-paisaje en toda su extensión, como ocurre desde el antiguo camino de la calle Valencia por el Sureste y desde el camino que conecta con la carretera de Jódar por el Sur. En estas imágenes es tan protagonista la silueta urbana presidida por el conjunto formado por Santa María, Ayuntamiento y El Salvador -así como por el Alcázar, aunque su fuerza simbólica sea más deseada que real-, como el paisaje rural que constituye su entorno inmediato. Una mejora sustancial en la percepción del casco podría estar relacionada con que se evitase tener que discurrir por la nueva Úbeda Norte, generando un nuevo acceso Sur, que permitiese al visitante cultural acercarse a través de su mejor fachada, actuación que supondría devolverle protagonismo a la ciudad histórica. A tal efecto, habría de utilizarse la actual vía de circunvalación Sur del casco de Úbeda, conectada desde la carretera de Jódar.

Sin embargo, sería necesario atenuar el impacto paisajístico de la nueva vía de circunvalación Sur del casco histórico de Úbeda. En efecto, esta vía ha generado una transformación visual en la imagen, hasta entonces prácticamente inalterada, de esta fachada meridional. Se percibe como algo ajeno a la morfología de este borde de la ciudad. Su naturaleza netamente urbana, con amplios acerados y calzada construida con hormigón, introduce un elemento que por su colorido y textura distorsiona la imagen histórica de este borde. Por tanto habría que atenuar el impacto en la ladera de las huertas tradicionales con un tratamiento cuidadoso de esta franja entre el vial y el borde construido del casco, mediante un proyecto de integración paisajística.

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